Con la finalidad de restaurar y preservar los ecosistemas locales afectados por incendios, deforestación por tala indiscriminada, erosión, entre otros factores, la Fundación Reforestemos ha donado más de 9.400 árboles nativos a la Región del Maule.
La iniciativa, que se materializa gracias al programa de apoyo a donaciones de Banco Estado en la región del Maule, y la gestión del Centro de Formación Técnica San Agustín, a través de la unidad de Innovación y Emprendimiento, en conjunto con la Mesa Apícola, es parte de uno de los programas de Fundación Reforestemos que abarca más de 170 comunas, apoyando así a casi 2.000 beneficiarios/as.
Las personas favorecidas con este ambicioso programa de reforestación -que busca mitigar los efectos del cambio climático y la promoción de la biodiversidad en la zona- son pequeños/as apicultores que integran la Mesa Apícola del Maule.
Claudia Ramos Muñoz, seremi de Agricultura de la región del Maule, recalcó la importancia de esta donación, tomando en cuenta las diversas afectaciones y cambios por los que ha atravesado la región durante los últimos años.
“Estamos trabajando de la mano con instituciones de educación, fundaciones, empresa privada y el Ministerio para poder asegurar que la parte agrícola no desaparezca y así brindar las mejores herramientas e innovación al rubro silvoagropecuario. Esta donación es un gran alivio para los cuidadores de la biodiversidad”, enfatizó.
Para María Eugenia Lafuente, directora de comunicaciones de Fundación Reforestemos, el trabajo que realizan es de suma importancia pues busca “poder apoyar a la región a través del programa de donaciones, apoyando a la economía local y creando nuevas instancias de conservación y restauración de los bosques nativos”.
Por su parte, Sergio Morales Díaz, rector de nuestra institución, aseguró que esta donación permite mejorar el ecosistema a través de la forestación en zonas degradadas y mejorar la producción de los apicultores, lo que “forma parte de nuestro desarrollo territorial y abordaje del ámbito productivo, que es una de las dimensiones que tenemos con la vinculación con el medio”.
Finalmente, Francisco Herrera, jefe de innovación y emprendimiento del CFT San Agustín, valoró esta instancia, asegurando que “es de gran relevancia desde el área productiva y de sostenibilidad ambiental, ya que la vinculación que se da con los sectores productivos nos lleva a ver posibilidades de desarrollo de innovación”.
Las especies nativas entregadas, son útiles para la industria apícola ya que son de interés para la alimentación de las abejas, lo que se traduce, tanto en mejor calidad y producción de miel, como en mejor rendimiento para la polinización; ambas actividades de suma importancia para la región.