Se conoce como nutrición el proceso de incorporación de nutrientes al organismo, los que se consiguen a través de los alimentos, lo que nos permite contar con energía y salud para vivir el día a día con un buen funcionamiento de nuestro organismo, esquivando así muchas enfermedades. La definición es clara para algunos, pero no tanto para otros. Esto porque las estadísticas indican que un significativo porcentaje de la población presenta elevados niveles de obesidad, colesterol alto y diversas otras enfermedades derivadas.
La situación la explica el nutricionista Christian Peña, asesor del Depto. de Atención Primaria de Salud, Programas y Ciclo Vital del Servicio de Salud Maule, ya que, a su juicio, alimentarse saludablemente hoy es claro y sencillo, en el sentido de que se trata de los productos naturales de siempre y que la idea es comer como se hacía antes de la creación de todos los productos elaborados e industrializados de hoy.
“El llamado es volver a la alimentación que tenían nuestros abuelos, como los porotos, carbonada, cazuela, comida casera, dejando de lado las bebidas, comida chatarra, consumo de comida rápida… esta es la forma más natural y efectiva de evitar o enlentecer la aparición de las enfermedades que hoy tanto nos afectan como la obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedad renal, depresión y problemas osteomusculares”, explica el profesional.
Por lo mismo, el profesional detalla la nutrición idónea para cada persona, comenzando con tomar 8 vasos de agua diariamente, cinco porciones de fruta y verduras al día (de diversos colores), legumbres tres veces a la semana y pescado por lo menos una vez. En lo que respecta a las otras carnes, bajarlo a solo una o dos veces a la semana.
De esta forma, además de consumir vitaminas, minerales, proteínas y elementos esenciales para la nutrición diaria, de igual forma se ingieren carbohidratos y lípidos o grasas de buena calidad.
A su vez, Peña añade que las encuestas de salud indican que la mayor prevalencia de diabetes, hipertensión y obesidad se aprecia en la población más vulnerable, donde la alimentación en este grupo se caracteriza por el alto consumo de carbohidratos y grasas dañinas para el organismo, derivadas de alimentos procesados, es decir, la famosa “comida chatarra”.
Mientras que también se aprecia que, en el segmento de la población con mayor poder adquisitivo y nivel educacional, la prevalencia de estas mismas enfermedades es mucho menor, lo que también está relacionado con su alimentación, ya que presentan un mayor consumo de frutas y verduras, así como también de la realización de actividad física.