A diario cien pesados vehículos recolectores de desechos avanzan veloces a metros de una escuela y sala cuna. Los habitantes acusan que llevan más de una década soportando el hedor de las calles contaminadas además del permanente temor de ser atropellados por imprudentes conductores.

Es la dura realidad con que deben convivir las 24 horas cerca de 500 hogares de Alto Pangue, en la comuna de San Rafael, sector por el que transitan día y noche los camiones que disponen en el relleno sanitario El Retamo la basura proveniente de diversas ciudades de la región.

Cansados de no obtener soluciones, un grupo de agobiados dirigentes y habitantes contactó al consejero regional y vicepresidente de la Comisión de Medio Ambiente del organismo, Pablo del Río, para pedirle que intervenga ante la Seremi de Salud en la presentación de una denuncia que ya cuenta con la firma de más de 300 afectados, quienes piden se fiscalice a las empresas transportadoras y se controle a los conductores que circulan escurriendo los fétidos residuos.

“Es terrible el olor, la imprudencia de los choferes, el peligro para la salud de los niños, las personas mayores, ciclistas, estamos todos expuestos. Llevamos más de diez años reclamando sin lograr una solución real, nos sentimos abandonados”, lamentó Paulina Arellano, tesorera de la Junta de Vecinos Alto Pangue.

Los angustiados residentes, distantes a 15 kilómetros de Talca, anunciaron que de no lograr una atención satisfactoria de la Autoridad Sanitaria radicalizarán su postura mediante una protesta masiva que interrumpirá el flujo de los camiones en el acceso de la ruta que conecta con la planta receptora

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